10/3/15

50 sombras de grata decepción

Los medios la han puesto a parir. Los grupos feministas, más de lo mismo. Y la autora del libro se niega a leer las críticas que recibe (GRAN ERROR!!). Hablo, nada más y nada menos, que de la adaptación cinematográfica del best seller 50 Sombras de Grey. (Quiero añadir que sólo voy a criticar la película, puesto que hace unos dos años desde que leí el libro, y es bastante probable que haya olvidado bastantes cosas)

Para quien aún no conozca este fenómeno literario, haré un breve resumen: la historia trata sobre Anastasia Steele, una estudiante universitaria naïf y con más bien poca (por no decir nada) de experiencia sentimental; además... es una sosa. Cuando su amiga Katherine le pide que acuda a realizar una entrevista en su lugar, conoce a Christian Grey, un empresario rico, atractivo y misterioso (casi se me olvida!; también es celoso y manipulador). Se sienten atraídos el uno por el otro, y comienzan una relación de dominante y sumisa que acaba en (¿) romance (?).

En primer lugar, quiero decir que cualquiera tiene todo el derecho del mundo a ver la película o leer los libros (se trata de una trilogía) sin sentirse culpable en absoluto, e incluso a disfrutarlos. Pero por el mismo motivo, yo puedo expresar mi opinión hacia la historia, aunque sea negativa.

Empecemos por los personajes. Anastasia es una chica demasiado inocente, que vive en la fantasía de que puede cambiar al chico que tiene delante, para que ambos puedan vivir el cuento de hadas que ella quiere. Por su parte, Christian es un celoso que no deja de intentar convencer a Ana para que firme el contrato de confidencialidad, por el cual podrán mantener una relación que se ceñirá a sesiones de BDSM exclusivamente. Una chica virgen y un hombre con mucha experiencia sexual. Una "princesa" y un "chico malo". Una RANCIA y un ASQUEROSO.

Las actuaciones tampoco ponen mucho de su parte. A pesar de mis esperanzas de que Jamie Dornan no fuese mal actor, como todo el mundo me decía, ha resultado ser cierto: el chico transmite menos emoción que un bizcocho. Durante toda la película (porque dudo mucho que en los tres cuartos de hora finales, los cuales no vi ni pienso ver, dé un giro que demuestre que sabe actuar) tiene la misma expresión facial: la de poker face. Podían haberle puesto una máscara de Matt Bomer, y nadie habría notado la diferencia (a nivel emocional, ojo, porque el atractivo habría aumentado bastante). Dakota Johnson hace un trabajo decente, puesto que no resulta más estúpida en sus decisiones de lo que lo es su versión literaria.

Y en cuanto a las escenas de sexo... tela. La primera vez que follan (puesto que Christian no hace el amor; él "folla... duro"), nuestro caballero sin capa ni sombrero se quita la camiseta con el estilo propio de un anuncio de colonia, aunque le añade un ridículo que no veremos jamás en un vídeo publicitario para Calvin Klein. En general, las secuencias son aburridas, blandas y poco excitantes para lo que viene a ser el BDSM. O lo que debe ser, puesto que gente que lo practica ha dejado claro que el libro no lo describe de forma realista.

Concluiré diciendo que yo misma fui en su momento fan del libro, a pesar de lo que pueda parecer. Pero después de analizar la historia a fondo y todos sus aspectos, mi opinión cambió. Y creo que cualquier seguidor de la trilogía debería hacer lo mismo, tan sólo para ser consciente de la realidad de lo que está leyendo. Y luego, que cada persona decida qué quiere hacer.

9/3/15

Feminismo

Soy feminista. Ya lo he dicho. ¿He ofendido a alguien? Espero que no, porque eso significa que ese alguien no entiende lo que significa el feminismo. O tal vez ha leído mal la palabra y ha entendido algo realmente ofensivo, quién sabe...

A los 12 años empecé a interesarme por el feminismo. Leí un libro, llamado "El diario violeta de Carlota", en el cual se trataban temas tales como los gender roles (papeles en función del género) y la mutilación genital femenina. Lo creáis o no, es un libro infantil, y a pesar de lo que pueda parecer, por la forma en que está escrito es lo suficientemente inofensivo como para hacer que te des cuenta de las realidades del mundo en que vivimos pero sin causarte un trauma de por vida.

Desde entonces, he ido evolucionando, y también lo han hecho mis ideas y pensamientos. Hace unos años pensaba que depilarse siendo mujer era símbolo de estar "oprimida por el sistema patriarcal que domina a las mujeres". Ahora entiendo que es una elección personal de cada persona (y digo "persona" porque, lo creáis o no, ¡hay hombres que se depilan!).

A pesar de todo, me queda un largo camino por recorrer hasta llegar a convertirme en la feminista que quiero ser. Me esperan hooooras de incansable y exhaustivo análisis subconsciente de todo lo que veo y/u oigo, con el fin de no absorber esa información como una esponja.

Sin embargo, hay algo que me molesta mucho, y es el odio hacia el movimiento del que formo parte. Entiendo que haya gente que no se quiere identificar como feminista porque algunas personas, cuando les oigan llamarse eso, asumen que eres una feminazi que odia a los hombre y tal y cual, pero la gente a la que me refiero entiende que el feminismo no es eso. También sé que hay algunas feministas que entienden que las falsas componentes de este grupo le han dado muy mala fama al mismo. Pero lo que no soporto en absoluto es que haya gente que diga que el feminismo es sexismo, y se atrevan a llamarse igualitarios o humanistas porque "defienden la igualdad entre ambos sexos", pero luego vayan por ahí llamando "puta" a la tía que disfruta del sexo y es promiscua, o crean que la violación es culpa de la víctima (aún cuando no lo dicen como tal).

Una cosa es defender los derechos de todos los seres humanos, y otra muy distinta es decir que lo haces cuando ni siquiera eres consciente de tu propia hipocresía.